La
teoría del desarrollo humano, que surge en la década de los noventa, tiene sus
raíces en la preocupación que despiertan las críticas al enfoque economicista
de los estudios del desarrollo y en la búsqueda por integrar en el análisis los
aspectos sociales de la población. Con ello se buscaba avanzar en la
complejidad del análisis y rescatar aspectos esenciales como la equidad, la
justicia y la libertad que habían quedado excluidos en dichos estudios. Este
enfoque crítico tuvo como antecedentes los trabajos de la teoría de la CEPAL en
América Latina desde la década de los cuarenta que coloca en el centro del
análisis la condición del subdesarrollo y los fundamentos del crecimiento para
las diferentes naciones, sentando las bases de la teoría económica
estructuralista. Posteriormente, la teoría de la dependencia en la década de
los sesenta, desde una posición política radical, incorpora en su análisis la
dimensión sociológica a través del análisis de la lucha de clases y los
sistemas de dominación. En la década siguiente, los ochenta, surge en Europa la
teoría de la regulación francesa, con un enfoque holístico, otorga un lugar
importante al papel de las instituciones en el desarrollo. Paralelamente, otras
inquietudes desgajadas de la preocupación por el medio ambiente, concretan
propuestas aglutinadas en organizaciones supranacionales, como lo fue la
creación del Club de Roma1 en
1968 y el enfoque del ecodesarrollo presentado en 1973 por el director
ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Gutiérrez y
Gaudiano, 2009; Gutiérrez y Picazzo, 2009), abonaron nuevas perspectivas que
superaron definitivamente el enfoque economicista tradicional y brindan tributo
a una nueva perspectiva del desarrollo: el desarrollo sustentable. Éste, como
propuesta estratégica, que se presenta por primera vez en 1987 en el conocido
Informe Brundtland titulado Nuestro futuro común, donde el
desarrollo sustentable engloba el crecimiento económico, la equidad intra e
intergeneracional y el cuidado del medio ambiente en beneficio del ser humano
(Gutiérrez y González, 2009).
En este amplio marco conceptual
reorientado hacia lo social y lo ambiental, surge una nueva visión del mundo
que definitivamente desplaza la atención puesta en el crecimiento y la
productividad –como centro del quehacer en la sociedad– hacia la noción del
desarrollo, sus destinatarios y el medio ambiente. Ocupan un lugar fundamental
las aportaciones que en materia económica y social había propuesto Amartya Sen,2 quien fue invitado por el Programa de
las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), junto con un grupo destacado de
economistas entre los que se encontraban Mahbub Ul–Haq, Paul Streeten, Meghnad
Desai, Gustav Ranis y Keith Griffin, para elaborar una nueva propuesta de
medición del desarrollo de las Naciones. El resultado final de los trabajos
concluyó en una significativa aportación: el Índice de Desarrollo Humano (IDH),
cuya publicación desde el año 1990 pretendía generar una tendencia
internacional que evaluara el nivel medio alcanzado por cada país a partir de
tres aspectos esenciales, la salud, la educación y el ingreso.
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En la concepción teórica propuesta por Sen (2000: 19), se define
al desarrollo "como un proceso de expansión de las libertades reales de
las que disfrutan los individuos", donde "la libertad real (...) está
representada por la capacidad de la persona para conseguir varias combinaciones
alternativas de funcionamientos" (Sen, 1992: 81) que permite [a la
persona], en los entornos sociales, económicos, culturales, políticos y
medioambientales que se encuentre, realizar cosas valiosas para ellos y sus
familias (Sen, 2000).
Por lo tanto, el desarrollo no debe medirse con otro indicador que
no sea el aumento de las libertades de los individuos, entendida como la construcción
de entornos en los cuales se exprese la libertad individual de poder desplegar
las capacidades y las más preciadas aspiraciones de los seres humanos. En este
sentido, Amartya Sen (1992: 81) señala que la justicia debe valorarse por las
libertades reales que gozan los seres humanos para poder elegir su destino en
función de sus propios valores personales y de ninguna manera por los bienes
materiales o recursos que puedan disponer. De esta manera, toda teoría de la
justicia que tenga como postulado la búsqueda de la equidad debe partir de un
tratamiento directo y profundo de las libertades reales que tengan las personas
para elegir su propio estilo de vida y buscarlo de manera consecuente, aun
cuando sus valores sean diferentes, dadas las enormes posibilidades de que cada
individuo, en las modernas sociedades, pueda tener objetivos divergentes del
resto de los individuos que componen la sociedad, siendo esos objetivos
valorados todos en condiciones de igualdad sin establecer jerarquías (Sen
1997).
Así, el objetivo del desarrollo "se relaciona con la
vinculación de las libertades reales que disfruta la gente de una población
determinada" (Sen 2000: 53); en donde, "las personas deben ser vistas
como agentes activamente involucrados, (...) en la construcción de su propio
destino y no solamente como receptores" (Sen 2000: 53). Es decir, la
libertad brinda la oportunidad de lograr nuestros objetivos y metas de las
cosas que tenemos razones de valorar y engloba tanto los procesos que permiten
las libertades de toma de decisión y de las acciones consecuentes, así como las
oportunidades efectivas de hacerlo, en sus condiciones específicas de
existencia (Sen 2000).
Por esto la factibilidad delue se aplica en una comunidad depende de las condiciones de la misma mas aun de las motivaciones personales de los individuos que la integran, es decir el modelo de desarrollo es endógeno independiente del medio o mecanismo que se utilice la auto gestión y el emprendimiento loo garantiza la calidad de vida actual y el mapa de sueños esperado donde finalmente el individuo establece o mapifica sus aspiraciones el como llegar a ellos en tal caso y respetando esto el trabajo del trabajador social, emprendedor social, gobierno, u O,N,G, como es nuestro caso de brindar el apoyo los medios para que esto sea posible.
Por esto la factibilidad delue se aplica en una comunidad depende de las condiciones de la misma mas aun de las motivaciones personales de los individuos que la integran, es decir el modelo de desarrollo es endógeno independiente del medio o mecanismo que se utilice la auto gestión y el emprendimiento loo garantiza la calidad de vida actual y el mapa de sueños esperado donde finalmente el individuo establece o mapifica sus aspiraciones el como llegar a ellos en tal caso y respetando esto el trabajo del trabajador social, emprendedor social, gobierno, u O,N,G, como es nuestro caso de brindar el apoyo los medios para que esto sea posible.
Referencia:
http://www.lanacion.com.ar/
http://www.rpp.com.pe/
http://www.scielo.org.mx/